VERSO Y POESÍA

La poesía en verso llega a ser un tanto fastidiosa porque hay que espigar mucho para encontrar una espiga cargada de buen grano. Es más fácil encontrar la poesía en la prosa (y tal vez por eso será que la prosa gusta más), o en las demás artes: la poesía de la música a todos es accesible, la poesía en la pintura también. Pero Góngora sólo habla para unos pocos. Eso puede ser bueno o malo, según como se mire. Nadie tiene dificultad con Bach. Para que eso sucediera, probablemente él la tuvo consigo mismo.

A la poesía actual le conviene que se acabe el verso y que los poemas se escriban en prosa, porque el verso ha sido el refugio tradicional de los malos poetas, los falsos poetas, los poetas mediocres. Puestos a escribir su poesía en prosa, tendrán que capitular o aprender a escribir.

No hay que confundir verso con poesía. La mayor parte de los poemas en verso no contienen poesía. El verso es una forma. Se puede llenar con cualquier cosa. El verso no hace parte de ninguna definición sobre la poesía.

Vale mucho más un buen párrafo que una mala estrofa. La poesía no se escribe porque sí. Se escribe porque no. Porque lo que hay que decir no puede ser dicho de otro modo. Siempre que algo pueda decirse en prosa, debe emplearse la prosa para decirlo y reservar la poesía exclusivamente para el poema. Esto va en beneficio de la prosa y de la poesía, así como de todos los escritores.

En el poema todo está permitido, menos la mediocridad. El poema no debe usarse para enviar mensajes personales: para eso está el correo. Los mensajes personales pueden enviarse con el poema sólo a través de los siglos y para eso hay que llamarse Dante o Shakespeare.

Las querellas de amor se escuchan bien en una canción popular, pero suenan ridículas en la lectura de un poema. “Te amo” no se dice en un grito, sino en un susurro. El que grita es porque está definitivamente solo.

NOTAS

  1. La poesía se expresa como puede. JEAN COCTEAU
  2. No repitas en verso mediocre lo que ya ha sido dicho en buena prosa. EZRA POUND
  3. En Goethe no se encuentra una gran distancia entre la prosa poética y el verso; no hay apenas transición. Su lenguaje vive en los dos mundos: el de la prosa y el de la poesía; el de la carne y el del espíritu. STEFAN SWEIG
  4. Todo poeta que se quiere comprometido se obliga a ser discursivo y, por consiguiente, debe conceder a la prosa una parte importante. ETIEMBLE
  5. Las leyes de Flachsenfing prohibían hacer versos. HERMANN HESSE
  6. Con qué agradecimiento leía, al salir de mi retórica, las páginas en que Schopenhauer trata de establecer la diferencia entre el espíritu del historiador y el del poeta. ¡He aquí por qué no entiendo nada de historia!, me decía encantado: es que yo soy poeta. Lo que quiero es ser poeta. Lo que soy es poeta. Y me repetía la frase de Aristóteles: “La filosofía es una cosa más importante, y la poesía una cosa más bella que la historia”. En esa época sentía por los versos una predilección apasionada. Consideraba a la poesía como la flor y la culminación de la vida. He tardado mucho tiempo en reconocer --y creo que no conviene reconocerlo demasiado pronto– la superioridad de la bella prosa y su mayor rareza. Yo confundía entonces el arte y la poesía. ANDRÉ GIDE (Si la semilla no muere)