Vanguardia y experimentalismo no son lo mismo. Vanguardia y experimentalismo se relacionan siempre con los jóvenes. Error. A su muerte, Picasso y Dalí seguían siendo los más inteligentes experimentadores. Los jóvenes están siempre atrasados. Es natural. Reciben una herencia.
El experimentalismo importa como búsqueda de nuevas formas expresivas. Pero, frecuentemente, se reinventa lo que ya estaba inventado, a causa de la desinformación del experimentador. Los nuevos poetas encuentran más fácil imitar, lo que da por resultado el pastiche. Los más modernos se basan en antiguallas y ese popular poeta japonés llamado Hai-Kai o Hai-Kú. O se deciden por un surrealismo trasnochado. Y lo que siempre falta es originalidad. Porque no se puede ser original sin personalidad.
El que adhiere un objeto a su texto encontrará que no todos los medios de reproducción se prestan para ser fieles al original. El que hace juegos de letras limita por sí mismo la difusión de su poema al encarecer y por lo tanto dificultar la edición. Las bases de los concursos, por ejemplo, no aceptan poemas en colores a causa del mayor costo de impresión.
El que hace juegos de palabras verá su original tergiversado cuantas veces se copie, y los que se preocupan en exceso por la puntuación tendrán siempre el disgusto de ver sus páginas deformadas por operarios inhábiles, ignorantes y totalmente ajenos a los matices y sutilezas de la sensibilidad aguda o enfermiza del escritor.
El que inventa muchas palabras encontrará que los operadores de composición no respetan su sentido del lenguaje. El que descoyunta la sintaxis tendrá muchos disgustos (muchos disgustos tendrá) con los correctores de pruebas y de estilo; y aquellos que desean innovar en la forma de los versos tropezarán con la costumbre del verso antiguo y les será muy difícil encontrar impresores que respeten su sentido del ritmo, y en lo visual, el aspecto gráfico del cuerpo del poema.
Por todo ello las innovaciones están a cargo de las revistas de vanguardia, que salen al cuidado de los mismos poetas, en pequeños tirajes para grupos de iniciados. Pese a lo cual tales publicaciones han tenido siempre una influencia importante en la literatura, especialmente en la poesía.
Después de trajinar por el experimentalismo los escritores vuelven a la claridad y al clasicismo, que es siempre el último de los ismos y el único que sobrevive a las fugaces modas y escuelas. “Ser clásico es ser actual”, se ha dicho con propiedad. Todo escritor serio es siempre un clásico.
Los historiadores han concluido que no hay nada nuevo en arte desde las cuevas de Altamira, y, es muy fácil de comprobar. Sólo la ciencia puede darnos algo nuevo. Lo demás, todo es viejo. Empezando por las innovaciones, aparentes y truculentas, promocionadas para engañar incautos. Lo único novísimo y desconocido en poesía colombiana sigue siendo León de Greiff. Así estamos.