Era mi noche de bodas y me encontraba ya acostado con mi esposa
en el amplio lecho de cuatro metros de ancho frente a una enorme ventana protegida con rejas de hierro,
hechas por los cerrajeros de diez Españas, forjadas en diez Toledos,
y la noche no se quería oscurecer para que los vecinos, desde la calle, pudieran contemplar nuestro amor.
La mesonera traía cubos de agua y los acumulaba en el antejardín, cerca de las lucinias,
y había tantos muchachos y muchachas que ocupaban el emparrado.
Mi desnuda esposa sonreía debajo de mi sonrisa,
los velos del lecho la tocaban antes que mis manos,
y lo mismo los velos recogidos en los extremos del ventanal, que se agitaban hacia ella.
Las risas de los vecinos nos llegaban a través de la reja mezcladas con estrellas y el grito de los muchachos,
como corresponde a la animación de la calle en la noche de bodas, frente a la casa de los esposos.
En nuestra habitación los pomos de esencias se conservaban puros frente a los espejos,
y en realidad el rumor de la calle, la presencia de los vecinos, no nos importunaba.
Apresuradamente todo el mundo se me borró, y sólo me quedaba mi esposa entre las manos,
cuyos flancos se movían como dos boas de cobre,
por cuyas juntas bocas yo pasaba mis dedos ásperos.
Reinaba un ambiente violeta, preparado especialmente por nuestros amigos y parientes,
y la señora mesonera, amplia y sonriente, acumulaba cubos de agua en el antejardín, frente a las lucinias.
Era el bazar del amor y los mozos disfrazados de gitanos agitaban panderetas y pañuelos rojos en memoria de una gota de sangre.
Entonces se oyó venir por la bocacalle un carro de cuatro caballos con arandelas de plata sonando.
Fue recibido por la mesonera, quien habló algunas breves palabras con los que venían,
y luego se dirigió a nuestra ventana, abriéndose paso apresuradamente por entre la gente con sus dos largos y robustos brazos, semejantes a las piernas de mi esposa,
para entregarnos un telegrama labrado en cuero, grande como un diploma, CUYAS LETRAS EN RELIEVE SALTABAN A LA VISTA DE TODOS.