La Muerte me coge el pie,
yo la cojo del cabello;
si se queda con mi pie,
me quedo con su cabeza.
La Muerte me coge un brazo,
yo la agarro con el otro;
cuando amanezca estaremos
dando vueltas en redondo.
Si la Muerte entra a mi alcoba,
me arrojo por la ventana;
y si sale y me persigue
corro al río y me echo al agua.
Si me encuentro con la Muerte
¡qué susto le voy a dar!
Le diré que en la otra esquina
me acaban de asesinar.
Para que nunca me encuentre
la muerte, aquí me le escondo.
Si les pregunta por mí,
digan que no me conocen.